Daniel Ortega descarta adelantar elecciones en Nicaragua

Ya habrá tiempo, tal como manda la ley, habrá tiempo para elecciones, todo tiene su tiempo", dijo Daniel Ortega, con una media sonrisa en los labios, la única que dejó ver durante su discurso. El caudillo no se refirió a las sanciones a tres funcionarios del orteguismo
El presidente designado por el poder electoral, Daniel Ortega, descartó este sábado adelantar las elecciones presidenciales, como se lo propusieron los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro; la sociedad civil, el sector empresarial e incluso su hermano, el general en retiro Humberto Ortega.
Ortega insistió en acusar de golpistas a quienes lo quieren fuera del poder y en ese sentido dijo que “si los golpistas quieren ser presidentes, que busquen el voto del pueblo, como lo manda la Ley”.
Ya habrá tiempo para las elecciones, todo tiene su tiempo”, dijo Ortega en el acto central de la manifestación realizada este sábado en la Avenida Bolívar de Managua.
Continuará represión
Ortega dijo que “el pueblo va a seguir luchando por la paz”, para que “desaparezcan de todo Nicaragua esos lugares donde se vienen cometiendo crímenes todos los días”, en alusión a los tranques y barricadas que la población levantó para evitar el paso de los policías y paramilitares que han matado a centenares de personas desde que comenzaron las protestas el 18 de abril.
El mandatario responsabilizó a quienes levantaron los tranques de los asesinatos. Según él, es gente pagada “que en su ignorancia destruyen los caminos” y “cometen crímenes de odio”.
Chamorro dijo que aunque Ortega niegue la realidad que vive el país, todos saben que las muertes y la represión son causadas por la Policía y las fuerzas parapoliciales.
Agregó que la posición de la Alianza Cívica es que la situación actual del país es insostenible hasta 2021, por eso es que demandan la salida de Ortega y su esposa, Rosario Murillo, del poder.
Para Chamorro, es evidente que Ortega no tiene la misma capacidad de convocatoria, porque tuvo que conformarse con aparecer ante una concentración de unas cuadras y renunció a la movilización sandinista del Repliegue, que cada año se hace de Managua a Masaya, ciudad que actualmente está resistiendo el ataque represivo del Estado.
“El Comandante se queda”
La historia se repite. Cuarenta años después de la caída del somocismo, los simpatizantes de Daniel Ortega le dijeron a su líder frente a los medios oficialistas: “Se queda, se queda, el Comandante se queda”, durante la manifestación realizada en Managua. A Anastasio Somoza Debayle, antes de que fuera derrocado, los suyos le dijeron: “No te vas, te quedás”.
Durante su intervención, ni el caudillo sandinista ni su esposa y vicepresidente, Rosario Murillo, reaccionaron a la reciente decisión del gobierno de Estados Unidos de sancionar a tres funcionarios del orteguismo, usando la ley Magnitsky.
Esta legislación estadounidense castiga a funcionarios señalados de corrupción y violaciones a los derechos humanos, que en el caso reciente son el director de facto de la Policía Nacional, Francisco Díaz, el tesorero del partido gobernante Francisco López, y el secretario político del FSLN en Managua, Fidel Moreno.